El déficit habitacional en México se estima en alrededor de 5.8 millones de viviendas, impulsado principalmente por el crecimiento de la población y la urbanización en ciudades clave como Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco. Este déficit se debe también a la falta de accesibilidad a viviendas nuevas y de bajo costo para segmentos con ingresos limitados. Además, cerca de 44% de las viviendas actuales muestran problemas estructurales, como filtraciones de agua y grietas, lo cual intensifica la necesidad de renovación o construcción de nuevas viviendas asequibles.
En este contexto, las casas prefabricadas representan una alternativa relevante, permitiendo ofrecer soluciones habitacionales de forma acelerada y con costos controlados, algo crucial para cumplir con las demandas del nearshoring y el crecimiento urbano.